Los artistas, o mejor dicho su arte, nunca mueren. He escuchado varias veces esta frase y, bien pensado, tiene razón. Por eso podemos descubrir a grandes autoras que nos dejaron sus textos ayer, pero mantienen el reconocimiento hoy y siempre.
En esta entrada quiero hablarte de esas grandes mujeres de la literatura que siguen siendo relevantes a pesar de que pasen los años. Incluso, muchas, han adquirido fama y reconocimiento después de su muerte.
¿Quiénes son las grandes autoras?
Está claro que baso la elección en mis preferencias y, por eso, he buscado también a autoras que puedo considerar realistas.

Empezaremos por una autora de la que hablé en mi primera colaboración para #UnAñoDeAutoras: Emilia Pardo Bazán. No podía hablar de autoras realistas sin nombrar a la madre del realismo y el naturalismo en España.

Emilia nos dejó todo un legado de obras, pero voy a mencionar Los pazos de Ulloa porque ser su obra más notable y por la facilidad para situarlo en Galicia y ambientar la lectura.

Virginia Woolf es una de esas autoras a las que quiero leer constantemente, pero que se van quedando en lista de espera.


Por suerte, leí La señora Dalloway en un club de lectura, aunque la edición dejaba mucho que desear. Pero la obra que más me llama la atención es Una habitación propia.
Descubrí a Ana Frank siendo una niña o entrando en la adolescencia. Su diario fue una de esas lecturas que tuvimos muchas jóvenes en el mismo momento y que comentábamos por lo impresionante que era su historia.

Leer el Diario de Ana Frank es conocer una vida, descubrir la historia, las repercusiones de una guerra, el sufrimiento… Es una de esas joyas que cualquiera debe conocer para tomar consciencia de una época.

Ya te hablé también de Fátima Mernissi en #UnAñoDeAutoras. Porque cualquiera que quiera conocer la cultura marroquí debería sumirse en su lectura. Fátima fue una mujer revolucionaria y dejó plasmadas en sus textos sus vivencias.

Sueños en el umbral es una novela autobiográfica, según la autora hablando sobre uno de los últimos harenes de Marruecos. Yo sigo pensando que, aunque no sean de la misma forma, la cultura marroquí en algunas zonas no ha evolucionado demasiado, como te contaba en esta reseña.

Emily Brontë es una autora clásica. Y como suele pasar, a veces da mucha pereza meterse en los clásicos porque tenemos ciertos prejuicios y creemos que, al ser de otra época, no encontraremos nada que nos llene.

Leí Cumbres Borrascosas junto a mis compañeras de letras y saqué muchas conclusiones positivas. No importó la época para meterme de lleno en esas historia y sentir a sus personajes, empatizar, sufrir con ellos. Eso sí, no es lo mismo leer clásicos a los 20 años que a los 40. Yo todavía estoy en el término medio, pero mi amiga Pilar G. Cortés lo había leido hace años y pudo analizar cómo cambia nuestro punto de vista en uno u otro momento.

Un fragmento de Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite, fue mi elección para participar en el acto conmemorativo que se celebra en algunas bibliotecas por el Día de las Escritoras.

Orgullo y prejuicio era uno de esos libros que quería leer hace años, pero me daba mucha pereza.

Me animé a leerlo en un club de lectura y, para mi sorpresa aunque algo intuía, resultó que la historia de Jane Austen era la base de una de mis películas favoritas.

En lista de espera
Tengo tantos libros por leer que me faltan horas cada día. A veces llegan novedades que se ponen en cabeza de la lista por algún motivo. Y eso supone dejar a otras en lista de espera porque, total, donde tanto llevan ya, pueden aguantar un poco más.
Quizás sea un error hacerles esperar tanto porque estoy convencida de que me gustará leerlas, pero hay grandes autoras a las que todavía no he descubierto.

Lucía Berlín es una de ellas. Tengo tantas ganas de leerla que hasta la propuse para el Club de literatura realista. Pero no se animó nadie a leer conmigo y yo me puse a otras cosas. Manual para mujeres de la limpieza fue un éxito, y de Una noche en el paraíso he leído muy buenas críticas también.


Tampoco he leído nada de Ana María Matute. Al menos como adulta aunque creo recordar haber leído algún cuento suyo hace años. Créeme que me está costando reconocer estas cosas, porque es algo que me avergüenza. Pero, sinceridad ante todo.

Estoy convencida de que me gustará Primera Memoria, pero todavía no lo he descubierto. Además, hay otras obras y cuentos de la autora que me llaman la atención.


Sylvia Plath sufría un trastorno bipolar y se suicidó. Esto es algo que lleva a comentarios del tipo: los escritores están locos, puesto que ha ocurrido con muchos más. Sin embargo, su marido sacó a la luz sus manuscritos y Sylvia se convirtió en la primera autora que consiguió el Premio Nobel de Literatura a título póstumo.

Su única obra narrativa, entre el ensayo y la novela, es La campana de cristal.

Nada, de Carmen Laforet, es uno de esos libros muy recomendados. Quiero leerlo, pero todavía no le he cedido el turno. Una autora imprescindible que debería haber leído ya.

Como ves, aunque estas grandes autoras nos dejaron, sus textos siguen disponibles para que podamos disfrutar de ellos. Ahora falta cederles un hueco en nuestra apretada agenda.
Y tú, ¿qué autoras añadirías a esta lista?

Hola, vengo a compartir la vergüenza contigo, porque yo tampoco he leído la mayoría, aunque los conozco casi todos y a casi todas. Comparto la vergüenza y los gustos, porque tus libros en lista de espera coinciden con los míos.
Es un estupendo artículo que merece la pena guardar para ir tachando libros de esa lista. Salam Aleikum.
Me alegra saber que no soy la única. Al menos lo reconocemos y no fingimos.
Un placer tenerte por aquí. Un abrazo.